Hábitos

Durante la adultez, mantener hábitos saludables influye directamente en la calidad de vida y en la prevención de enfermedades que suelen manifestarse en etapas posteriores como la adultez intermedia y tardía.

  • Desayunar: Proporciona energía y mejora el rendimiento físico y mental.
  • Comidas regulares y nutritivas: Evitar comida chatarra y golosinas ayuda a mantener un equilibrio nutricional adecuado.
  • Comer moderadamente: Previene el sobrepeso, problemas metabólicos y digestivos.
  • Dormir 7-8 horas: Favorece la recuperación física, el funcionamiento cognitivo y el equilibrio emocional.
  • No fumar: Reduce riesgos de cáncer de pulmón, boca, laringe, riñón y otros.
  • Consumo moderado o nulo de alcohol: Evita accidentes, daños hepáticos y dependencia.
  • Ejercicio regular: Mejora la salud cardiovascular, controla el peso y reduce el estrés; sin embargo, cada vez menos adultos jóvenes lo practican.
  • Manejo del estrés: Común en la etapa donde inician trabajos y responsabilidades, puede afectar la salud emocional y física si no se controla.

Consecuencias de no mantener hábitos saludables

  • Dieta desequilibrada: Afecta la apariencia física y aumenta el riesgo de enfermedades como diabetes y gota (acumulación excesiva de ácido úrico).
  • Control de peso deficiente: Incrementa la probabilidad de depresión, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer.
  • Consumo de alcohol y tabaco: Relacionado con accidentes, enfermedades pulmonares y distintos tipos de cáncer.